in

Espárragos a la plancha: una delicia sencilla y nutritiva

¿Sabías que hay verduras que, cuando están en su mejor momento, no necesitan más que un poco de calor y sal para brillar? Los espárragos a la plancha son uno de esos mágicos ejemplos. Desde que comienza la primavera, no puedo resistirme a comprarlos en la frutería. No porque tenga un plan elaborado, sino porque sé que con un par de giros en la sartén, puedo crear un plato delicioso y efectivo. Estos verdes son un regalo de la naturaleza, y en este artículo te contaré cómo prepararlos de la manera más sencilla y sabrosa posible.

La versatilidad de los espárragos

Generalmente, los espárragos se ven a menudo como acompañantes de carnes o pescados, pero, sinceramente, si los cocinas bien, pueden ser los verdaderos protagonistas de tu mesa. Además de cocinarlos a la plancha, puedes probar otras técnicas como asarlos en el horno o en la airfryer. ¡Incluso puedes hacer una crema suave de espárragos! La clave está en que, además de su exquisito sabor, los espárragos verdes son un tesoro nutricional. Con solo 20 kcal por cada 100 g, son bajos en calorías, ricos en fibra y tienen un efecto diurético natural. Perfectos si buscas opciones ligeras para deshincharte un poco.

Estos pequeños guerreros verdes aportan ácido fólico, vitamina C, vitamina A y varias vitaminas del grupo B. Todo esto es genial para tu sistema inmune, la piel y el metabolismo. Y lo mejor de todo, al cocinarlos a la plancha, retienen casi todas sus propiedades. En mi opinión, son la forma más sencilla y deliciosa de introducir más verduras en nuestra dieta sin complicaciones.

Preparación de los espárragos a la plancha

Empezamos con la preparación. Lo primero que debes hacer es lavar bien los espárragos bajo el grifo. ¡Nada de dejarlos sucios! Después, sécalos con un paño o papel de cocina. Si son finos, no es necesario pelarlos, pero si son gruesos o la parte baja se siente dura, una ligera pelada con un pelador de verduras puede hacer maravillas. Recuerdo una vez que intenté hacer espárragos sin pelarlos y, vaya… ¡no me gustó el resultado!

Ahora, sujeta cada espárrago con ambas manos y dóblalo suavemente; se romperá justo donde empieza la parte fibrosa. Esa parte dura la puedes desechar o usar para hacer un caldo. ¡Nada se pierde en la cocina! Calienta una plancha o sartén amplia a fuego medio-alto y, cuando esté bien caliente, añade unas gotas de aceite. A mí me gusta usar un pincel o un papel de cocina para repartirlo bien y evitar que se acumule.

Coloca los espárragos en una sola capa, asegurándote de no amontonarlos, y cocínalos durante unos 4-5 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando. Estarán listos cuando estén tiernos pero con un ligero crujido. Notarás que se marcan ligeramente y adquieren un color verde más intenso. ¡El aroma que invade la cocina es simplemente irresistible!

Consejos para realzar el sabor

Una vez que los espárragos estén listos, pásalos a un plato y agrégales un toque de sal en escamas, un poco de pimienta si lo prefieres, y unas gotas de limón o vinagre balsámico para un extra de sabor. Personalmente, creo que esta mezcla los lleva a otro nivel. Pero hay más, porque los espárragos a la plancha pueden ser más que un simple acompañamiento. Si les añades un poco de queso rallado por encima, ya sea parmesano, feta o incluso una burrata bien fría, tienes un entrante que deslumbrará a todos.

Imagina servirlos con un huevo poché o frito encima, ¡esa yema mezclándose con los espárragos es pura gloria! Pero, antes de lanzarte a la plancha, hay un par de detalles que debes tener en cuenta. Aunque la receta es sencilla, hay ciertos aspectos que pueden marcar la diferencia en el resultado final.

Eligiendo los mejores espárragos

Lo ideal es que los espárragos sean firmes, con las yemas cerradas y el tallo sin arrugas ni zonas secas. Si son muy finos, se cocinan en un abrir y cerrar de ojos, pero si son gruesos, vale la pena pelar un poco la parte baja para evitar que queden duros. Y un consejo: no los cortes todos igual. Deja que la parte tierna se conserve y solo desecha lo justo.

Con una cucharada de aceite bien repartido es suficiente; si echas más, en lugar de asados, acabarás con unos espárragos fritos. Y en cuanto a la cocción, mejor quedarte corto que pasarte: deben quedar tiernos pero con un poco de mordida, no blandurrios. ¡Esto puede ser un verdadero dilema!

Almacenamiento y reheating

Si no vas a comerlos de inmediato, te recomiendo envolver la base de los espárragos con un paño húmedo o meterlos en un vaso con un poco de agua, como si fueran flores. ¡Así pueden aguantar 2-3 días sin problemas! Si los dejas en la bolsa, se secan rápido. Y recuerda, siempre se come la parte superior, que es más tierna. Esa parte fibrosa inferior, si no está demasiado leñosa, puedes usarla para caldos, pero en general se desecha.

Al final, los espárragos a la plancha tienen todo lo que buscamos en una receta del día a día: son rápidos, sanos y lo bastante versátiles como para servirlos solos, como guarnición o dentro de un plato más completo. Si esta receta te ha gustado, no dudes en probar también los espárragos al horno con un poco de queso o una crema de espárragos verdes suave que sirva como primer plato. ¡Así que ya sabes, cuando tengas un manojo en la nevera, no dudes! Plancha caliente y listo.

De pequeña, escribía novelas de piratas y horneaba bizcochos. Hoy soy madre, comunicadora y me apasiona la fotografía, pero mi amor por la cocina casera no ha cambiado. Fundé Pequerecetas para unir mis pasiones y compartirlas con otras familias que disfrutan tanto como yo en la cocina.

tarta de queso la vina la receta original que debes probar 1747646851

Tarta de queso La Viña: la receta original que debes probar

como hacer un autentico pad thai en casa 1747669354

Cómo hacer un auténtico pad thai en casa