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Guía sobre los mejores vinos del mercado

Existe una gran variedad de vinos en el mercado. Los más famosos, sin duda, son los tintos, pero también están los blancos, más dulces, así como los rosados, espumosos y los generosos.

Vinos blancos

En España existe un sistema de reconocimiento especial para vincular unas determinadas características con un vino en particular. Esto es lo que se conoce como “denominación de origen” (DO). De hecho, algunos de los mejores vinos blancos y tintos son de nuestro país.

Dentro de los primeros, es de sobra conocido el vino de verdejo, que alude en realidad a la uva. Proviene principalmente de la región de Rueda (Valladolid). Cabe diferenciar igualmente entre viñas jóvenes y cepas viejas. Su color va del amarillo pajizo al verdoso y posee aromas frutales, herbales y florales.

Si seguimos con los blancos, el albariño es uno de los más conocidos. Procedente de Galicia y Portugal, es fácilmente distinguible por su dulce y fresco sabor, aun con un cierto toque ácido. Cuenta con hasta una fiesta en Cambados, el primer domingo de agosto. También se mezcla con variedades de uvas godella, caiño o arinto.

En referencia a la uva garnacha blanca, esta se cultiva principalmente en el nordeste de España. Se caracteriza por un alto nivel en alcohol y un deje afrutado. También existe una especialización de vino rosado, realmente dulce, como el Artazuri, originario de Navarra, o el Bestué, de apariencia más oscura, de los Pirineos.

La zalema, en este caso, se cultiva en el sur de España, más en concreto en el área de Huelva y Sevilla. Sus vinos son secos, a la par que aromáticos y hasta con un regusto exótico en algunas modalidades. Como curiosidad, se dice que eran los favoritos de los marineros que acompañaron a Colón en su expedición a América.

Vinos tintos

Aquí también se usa una garnacha, pero en esta ocasión tinta. Sus vinos se reconocen por su alta graduación alcohólica y su mucho cuerpo. Se trata, no en vano, de la uva más común en España, de la cual nacen igualmente rosados. Especialmente popular es la garnacha tintorera, de Alicante.

Con relación a la monastrell, de ella se consiguen algunos de los mejores vinos tintos valencianos. Un buen ejemplo lo constituyen Los Frailes, procedentes de finca, cien por cien naturales y criados siguiendo una tradición milenaria. El SF, por su parte, consigue una perfecta redondez por su estancia mínima de cuatro meses en barricas.

Siguiendo con los tintos, la uva graciano es originaria de Navarra y La Rioja y goza de gran prestigio, tanto a nivel nacional como internacional, aunque su cultivo actualmente se ha extendido hasta La Mancha o Extremadura. Vinos de esta uva son el Dehesa de Luna o el Aradón.

Pero, sin lugar a duda, uno de los tintos más conocidos sea el famoso tempranillo, una uva autóctona de La Rioja, con ejemplares extremadamente aromáticos y de color rubí, usado especialmente como acompañante de guisos y arroces. En este sentido, el Tridente, el Laman o el Valdubón son buenos representantes.

Por último, cabe mencionar también a la uva albarín negra, una variedad desarrollada en Asturias y Cantabria, conocida popularmente como “pata de perdiz”. Se usa para elaborar vinos jóvenes, con un característico color azul negruzco, pues esta uva es propensa a la pronta oxidación. Suelen ser vinos intensos y de acidez bien definida.

Más productos en Tu Bodega Web

En Tu Bodega Web, puedes hallar también ejemplares de vinos rosados, resultado de macerar uvas tintas con hollejos durante unas pocas horas. En cuanto a su sabor, sobresalen los destellos de flores, cítricos o frutos rojos. Déjate sorprender así con un La Pintada (cava brut), un Hito (tempranillo de Cepa 21) o un Enate (DO Somontano).

Los espumosos también son artículos muy solicitados. Estos vinos se caracterizan por presentarse con gas disuelto, de modo que se toman a modo de refrescos. Una variedad de este producto son los gasificados, los cuales se diferencian de los anteriores en que el fluido se incorpora a posteriori.

Finalmente, los vinos generosos (también conocidos como “fortificados”) consiguen su grado alcohólico a partir de la adicción de alcohol vínico. Pueden ser resultado de una crianza biológica, oxidativa o mixta. En este último caso, se los conoce como “vinos amontillados”.

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