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Un manjar que trasciende fronteras
El Día Internacional de la Croqueta, celebrado cada 16 de enero, es una fecha que invita a los amantes de la gastronomía a rendir homenaje a este delicioso bocado. Aunque su origen se remonta a la Francia del siglo XVII, donde se atribuye su creación al chef François Massialot, la croqueta ha encontrado su hogar en la cocina española, convirtiéndose en un símbolo de la tradición culinaria del país. Con su interior cremoso y su crujiente rebozado, este plato ha sido reinterpretado por chefs de todo el mundo, quienes aportan su toque personal a cada receta.
Los mejores restaurantes para disfrutar de croquetas en Madrid
Madrid, con su rica cultura de tapeo, ofrece una variedad de restaurantes donde la croqueta brilla con luz propia. Uno de los lugares más destacados es Krudo, ubicado en el Mercado de Vallehermoso. Aquí, el chef Rafael Bergamo sorprende a los comensales con su innovadora croqueta de sopa de camarones, que combina sabores del mar con un toque ácido y especiado. Este espacio moderno es ideal para quienes buscan una experiencia culinaria única.
Otro lugar que no puedes dejar de visitar es Casa Mortero, donde la sencillez se convierte en arte. Este restaurante evoca recuerdos de la cocina casera con cada bocado, ofreciendo croquetas que son un homenaje a la tradición. En el corazón del barrio de Salamanca, Varra se presenta como una opción que combina una barra informal con alta gastronomía, destacando sus croquetas de jamón, que son un verdadero deleite para el paladar.
Innovación y tradición en cada bocado
La evolución de la croqueta también se puede apreciar en Santerra, donde cada creación es un testimonio del talento del chef. Este restaurante ha logrado fusionar la tradición con la modernidad, ofreciendo croquetas que sorprenden por su intensidad y cremosidad. Por otro lado, AskuaBarra se atreve a experimentar con sabores inusuales, como las croquetas de rabo de toro y pollo al curry, que demuestran que la innovación no está reñida con la esencia tradicional.
Finalmente, no podemos olvidar a La Ardosa, un clásico de Madrid, conocido por sus cañas bien tiradas y su ambiente acogedor. Sus croquetas caseras son imprescindibles para quienes buscan disfrutar del tapeo más auténtico. En cada rincón de la ciudad, la croqueta se celebra y se reinventa, convirtiéndose en un plato que une a las personas y las tradiciones.