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La hormiga culona en el ojo del huracán
La hormiga culona, un alimento emblemático de la región de Santander en Colombia, ha sido objeto de controversia tras ser catalogada como uno de los 100 peores platos del mundo por el reconocido sitio gastronómico Taste Atlas. Esta clasificación ha generado un intenso debate sobre la identidad y el valor cultural de este manjar, que ha sido parte de la tradición culinaria colombiana durante siglos. La chef Leonor Espinosa, una de las figuras más destacadas de la alta cocina en América Latina, ha salido en defensa de este alimento, cuestionando la percepción que se tiene de él y su clasificación como “plato”.
Defensa de un manjar tradicional
Espinosa, nacida en Cartagena y propietaria del aclamado restaurante Leo en Bogotá, argumenta que la hormiga culona no debería ser considerada un plato en el sentido estricto, ya que no requiere preparación adicional más allá de su proceso de tostado. “La hormiga culona ha sido categorizada de forma incorrecta, ya que no es un plato, es un alimento o colación”, expresó a través de sus redes sociales. Esta declaración ha resonado entre los defensores de la gastronomía colombiana, quienes ven en la hormiga culona un símbolo de la riqueza cultural y la biodiversidad del país.
Un alimento lleno de historia y beneficios
La recolección de la hormiga culona es un proceso meticuloso que se lleva a cabo durante la temporada de lluvias. Tradicionalmente, se tuesta con sal o se fríe, ofreciendo un sabor único que ha sido comparado con la cáscara de maní. Este alimento, que originalmente era recolectado por los indígenas Guane como fuente de proteínas, ha sido objeto de debate internacional debido a su apariencia y método de preparación. Sin embargo, la guía gastronómica internacional destaca que las hormigas son ricas en proteínas y vitamina B, lo que las convierte en un refrigerio saludable. Además, se les atribuyen propiedades afrodisíacas, lo que añade un atractivo adicional a este peculiar aperitivo.
El impacto de la gastronomía en la identidad cultural
La controversia en torno a la hormiga culona pone de relieve la importancia de la gastronomía en la construcción de la identidad cultural. En un mundo cada vez más globalizado, la forma en que se perciben y valoran los alimentos puede influir en la manera en que las culturas son representadas y entendidas. La defensa de Espinosa no solo busca reivindicar la hormiga culona, sino también resaltar la riqueza de la cocina colombiana y su diversidad. A medida que la gastronomía se convierte en un vehículo para el diálogo cultural, es fundamental reconocer y valorar los alimentos que forman parte de nuestras tradiciones.