Tabla de contenido
En un rincón de Gloucester, Inglaterra, se vive una tradición que despierta la locura entre los participantes y la admiración entre los espectadores: el Cooper’s Hill Cheese Rolling. Este evento, que atrae a miles de personas cada año, consiste en perseguir un enorme queso que rueda colina abajo, desafiando las leyes de la gravedad y la lógica.
Este año, Tom Kopke ha demostrado ser el rey de la colina, llevándose a casa el gran premio por segundo año consecutivo. Su victoria no solo resalta su valentía, sino también la esencia de una competencia que, a pesar de sus riesgos, sigue siendo un símbolo de alegría y comunidad.
Una tradición centenaria llena de emoción
Desde hace más de dos siglos, la competencia de lanzamiento de queso se ha celebrado en Gloucester, atrayendo a participantes de todas las edades dispuestos a enfrentarse a la pronunciada pendiente de 200 yardas. Aunque la colina es famosa por sus caídas espectaculares y lesiones ocasionales, el evento sigue siendo una celebración de la cultura local. Los competidores se lanzan tras el queso, una rueda de Double Gloucester, que se desliza velozmente, desafiando a aquellos que se atrevan a seguirla. La adrenalina y la emoción son palpables en el aire, mientras amigos y familiares animan a sus favoritos desde la cima.
El triunfo de Tom Kopke
Tom Kopke, un conocido youtuber alemán, se ha convertido en una figura icónica de esta competencia. Después de arriesgar su salud por dos años consecutivos para alcanzar la victoria, ha declarado su amor por el queso y su determinación por mantener su título. “Todos en la cima decían que iban a robarme el título, pero esto es mío”, comentó tras la carrera, reflejando el espíritu competitivo que caracteriza a este evento. Su victoria no solo es un triunfo personal, sino que también ilustra la esencia del evento: la comunidad unida en torno a una tradición divertida y algo absurda.
Más que un simple juego
El Cooper’s Hill Cheese Rolling no es solo una competencia; es una mezcla de historia, desafío físico y, sobre todo, diversión. La colina, con su inclinación extrema, convierte cada carrera en un espectáculo digno de ver. Las lesiones, aunque comunes, no han mermado el entusiasmo de los asistentes. Este año, únicamente se reportaron dos heridos, lo que es un alivio en comparación con las cifras de años anteriores. Aun así, el evento sigue siendo un recordatorio de la locura y la alegría de la infancia, donde el simple acto de perseguir un trozo de queso se convierte en una aventura inolvidable.
El legado del queso rodante
A medida que las generaciones continúan participando en esta tradición, la historia del Cooper’s Hill Cheese Rolling se enriquece. Este evento ha evolucionado, adaptándose a los tiempos, pero manteniendo su esencia. La mezcla de riesgo y diversión sigue atrayendo a nuevos competidores, quienes desean experimentar la emoción de este peculiar desafío. Sin duda, la historia de Tom Kopke y su lucha por el queso resonará en la memoria colectiva, inspirando a futuros participantes a enfrentarse a la colina y a sus propias limitaciones.
- Facebook Messenger